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"Mi primer partido en Boca fue contra Atlanta en la cancha de San Lorenzo, en el Gasómetro de Avenida La Plata. Ganamos nosotros. Pero el partido que marcó un poco el comienzo de mi carrera en serio fue el segundo, contra Independiente en la vieja cancha de Boca. Ese día perdimos 2 a 0, pero tuve una gran actuación y ahí, el Negro de la Tribuna (NdeR: era el seudónimo de un Cronista del diario Crítica), me bautizó como El Pez Volador. El apodó a varios jugadores, entre ellos yo. Me acuerdo que esa tarde tuve un gran duelo con el Negro Seoane, uno de los grandes forwards del fútbol argentino. El jugaba de diez. Independiente tenía una línea de fútbol muy buena".

"De todas maneras, la mejor atajada que hice en mi carrera fue contra Masantonio, que jugaba en Huracán. Le atajé un penal, el rebote y otro remate más. No lo voy a olvidar jamás".

"Mis comienzos fueron en Rosario, pero en un club que no le daba mucha bolilla al fútbol. Y encontrarme en Boca fue algo impresionante. Nunca había jugado con tanta gente. Siempre el entusiasmo de los hinchas de Boca fue así. De entrada sentí la responsabilidad, porque estaba jugando en un gran equipo. Pero me fue bien. Dentro de todo estuve una punta de años en la Primera. Y la gente de Boca me trató bien desde el principio. Tal vez me jugó a favor que no tuve altibajos. Cuando me contrataron, el principal candidato a ser comprado era Bossio, de Talleres. Pero costaba una punta de pesos. Yo les costaba chauchas. Y les salió bien a ellos y a mí. Les costé poco, les rendí bien y para mí fue lo más importante que me pasó en mi carrera. Jugar en Boca no se compara".

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