Urawa Red Diamonds
Es
indudable que el Urawa Red Diamonds ha venido brillando con fuerza en
las últimas temporadas, y ahora se convierte en el primer equipo
japonés que habrá disputado la Copa Mundial de Clubes
de la FIFA.
El vigente campeón de la J-League nipona reservó su billete para la gran cita mundialista la semana pasada, al derrotar al Sepahan iraní por un global de 3-1 en la final a doble partido de la Liga de Campeones asiática. Dicho triunfo supuso la culminación a un esfuerzo conjunto por parte de club, afición, plantilla, entorno y patrocinadores, y ha hecho las delicias de los seguidores del fútbol japonés, que llevaban años soñando con ver a un equipo de la J-League compitiendo en la cita mundialista. A pesar del flojo comienzo de campaña del Urawa, no es ninguna casualidad que el equipo haya llegado a tener tanto éxito. Los Reds gozan de la afición más numerosa y apasionada de Japón, y en la temporada 2006 establecieron un récord de asistencia total en la liga nipona, con 774.749 espectadores. De hecho, muchos de los rivales del Urawa en la Liga de Campeones se quejaron por tener que jugar contra 12 jugadores cuando visitaron el estadio de Saitama. El Urawa Red Diamonds presenta una visión de futuro a largo plazo tanto dentro como fuera del campo. Desempeña un papel activo en la comunidad, administra un polideportivo público conocido como "La tierra de los Reds", y celebra una serie de acontecimientos y actividades destinados a educar y a comunicarse con los niños de la ciudad a través del fútbol. El
largo camino hasta el título de campeón asiático El equipo arrancó con muy buen pie, al imponerse por un holgado 3-0 al Persik Kediri. Sin embargo, en sus cuatro encuentros siguientes pagó su mala puntería y una serie de errores defensivos, por lo que sólo sumó 1 victoria y 3 empates. En su último partido del Grupo E, en casa contra el Sydney FC, le bastaba con un punto para clasificarse. El Urawa Red Diamonds se mantuvo firme ante el campeón australiano y aguantó el 0-0, adjudicándose así el único puesto que daba acceso a la fase de eliminatorias. Si bien el Urawa se había mostrado poco convincente en ocasiones, su sueño del doblete en la liga nacional y continental seguía vivo. Por suerte, la directiva del club había previsto las exigencias de competir en dos frentes, y había puesto en marcha un plan para ir mejorando paulatinamente. Dicha estrategia fue diseñada para asegurar que el rendimiento del equipo alcanzara su techo después del parón veraniego, en el periodo previo al punto culminante de la campaña, en el mes de noviembre. En cuartos de final, tras vencer al defensor del título, Jeonbuk Hyundai Motors, por 2-1 en la ida, los Reds salieron airosos de un a priori complicado choque de vuelta, con un triunfo relativamente cómodo por 0-2. En semifinales, volvieron a enfrentarse a un rival surcoreano: el campeón de la K-League 2006, Seongnam Ilhwa Chunma. El equipo de Saitama se marchó con ventaja de la ida, tras marcar dos vitales tantos a domicilio en la República de Corea (2-2), pero el Seongnam niveló la eliminatoria con un resultado idéntico en la vuelta, y todo hubo de resolverse en los penales. Con el corazón en un puño, fueron los Reds quienes se cargaron al conjunto local, tras imponerse en la lotería de los penales por 5-3 y adjudicarse así el pase a la final. A pesar de sus continuos esfuerzos en la máxima competición continental, el Urawa fue capaz de mantener su buen momento de forma. De hecho, su 2-2 en la ida de la semifinal contra el Seongnam llegó después de seis victorias consecutivas. En la final a doble partido, el campeón de la Copa Hazfi iraní, el Sepahan, aguardaba al cuadro nipón. El primer encuentro, en el estadio Foolad Shahr de Esfahan (Irán), se jugó en altitud, y los Reds tuvieron que recurrir a toda su garra y decisión para arrancar un resultado positivo (1-1). Casualmente, el choque de vuelta, el 14 de noviembre, coincidió con el "Día del residente" de la prefectura de Saitama y atrajo a abundante público, casi 60.000 personas (todas y cada una de ellas totalmente imbuidas del espíritu festivo). Y a pesar de que los iraníes "plantaron el autobús" delante de su portería, el Urawa ganó por un claro 2-0 y provocó el delirio de su afición. Los propios seguidores nipones desempeñaron un papel fundamental durante toda la aventura asiática del equipo, ya que viajaron en gran número a los encuentros a domicilio de Australia, Indonesia, China, República de Corea e Irán. Calidad
por los cuatro costados Abe fichó por el cuadro rojillo la pasada pretemporada, procedente del JEF United Ichihara Chiba, y es el paradigma del auténtico jugador polivalente. Capaz de rendir bien con regularidad en cualquier posición de la zaga o del mediocampo, Yuki contribuyó vitalmente al triunfo del Urawa en la Liga de Campeones asiática, y marcó el tanto decisivo en la final. Mientras tanto, en la punta de ataque del Urawa, dos artilleros brasileños de primera categoría no han parado de meter goles ni de acaparar titulares. Robson Ponte se destapó con la friolera de 4 dianas en la Liga de Campeones, convirtiéndose en el máximo realizador del equipo en la competición; mientras que su compañero de vanguardia, Washington, encabezó la tabla de goleadores de la pasada liga japonesa. No hay que olvidarse de la aportación del delantero de cosecha propia Yuichiro Nagai, autor de 3 tantos y elegido mejor jugador de la Liga de Campeones asiática, ni tampoco de la del extremo Nobuhisa Yamada, que no cesa de maravillar al público con sus incisivas internadas por la banda derecha. Como otras opciones ofensivas, figuran Tatsuya Tanaka, quien, pese a pasar un tiempo en el dique seco por lesión, no ha perdido ni un ápice de su velocidad ni de su elegancia; y ese genial cerebro que es el centrocampista Shinji Ono, quien se reincorporó al Urawa la pasada campaña después de seis años en la liga holandesa, con el Feyenoord. El
regreso de un mítico técnico alemán La primera vez que Osieck acudió en auxilio del Urawa fue hace 12 años, cuando el equipo yacía en la cola de la tabla de la liga japonesa. Entonces, lo sacó a flote para dejarlo al final en un puesto decente de la mitad de la tabla, tanto en 1995 como en 1996. Luego pasó a entrenar al Kocaelispor turco y a la selección de Canadá, antes de asumir un nuevo cargo como director del Comité Técnico de la FIFA en 2004. La filosofía de Osieck se caracteriza por asegurar que la base del equipo permanezca fuerte e introducir nuevos jugadores en la alineación para mejorar en ciertas parcelas sin realizar cambios a gran escala. Aunque muy exigente, ha sido capaz de conseguir regularmente excelentes resultados a base de mantener motivados a sus jugadores (como quedó demostrado en su racha de 12 partidos invicto, con 5 victorias y 7 empates, de camino al triunfo en la Liga de Campeones asiática). Potencia
industrial En 1965, se convirtió en uno de los miembros fundadores de la liga japonesa de aficionados, y disfrutó de una época dorada entre finales de los 60 y principios de los 80. En ese periodo, ganó 4 veces el título liguero de Primera División y otras 4 la Copa del Emperador, así como 2 veces la Copa de la Liga. El club volvió a cambiar de nombre (Mitsubishi Urawa FC) al hacerse profesional en 1992, y se incorporó a la J-League desde su estreno, al año siguiente. En 1996, el equipo finalmente se decidió por la denominación de Urawa Red Diamonds. A pesar de su descenso a segunda división en 2000, los Reds recuperaron la categoría de inmediato, en la siguiente campaña. Los años posteriores depararon sus primeros éxitos como conjunto profesional, al ganar la Copa Nabisco (Copa de la Liga) en 2003, la segunda fase de la J-League en 2004 (entonces, la liga nipona se dividía en dos fases que desembocaban en la final por el título) y la Copa del Emperador en 2005. La pasada campaña, el Urawa revalidó su triunfo copero y completó un histórico doblete al apuntarse el primer título de su historia en la J-League. El fútbol únicamente empezó a gozar de éxito por todo Japón durante el periodo Taisho (1912-1926), pero ya desde 1908 echó sus raíces en Saitama. Por entonces, se practicaba este deporte en la elitista escuela de Saitama Shihan, y lleva mucho tiempo practicándose de forma generalizada en la zona. El equipo juega sus partidos como local en el estadio Komaba, con capacidad para 21.500 espectadores, o bien (con más frecuencia en los últimos años) en el estadio Saitama, de 63.700 localidades, inaugurado en 2001 con vistas a la Copa Mundial de la FIFA Corea/Japón 2002. El nombre del equipo proviene de los tres diamantes del logotipo de la empresa Mitsubishi, y se dice que los diamantes "brillan intensamente con una dureza que no admite ningún rasguño". El escudo del club presenta varios elementos. Las dos rosas de primavera son las flores características de la prefectura de Saitama; el edificio que corona el escudo es el de la citada escuela de enseñanza; el balón del centro, según se dice, es un objeto para que la gente se reúna en torno a él; y, del mismo modo, los torbellinos que lo rodean simbolizarían el mensaje del fútbol que se propaga por todo el mundo. (FIFA.com) |
Lista del equipo
1
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Norihiro YAMAGISHI (JPN) |
2
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Keisuke TSUBOI (JPN) |
3
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Hajime HOSOGAI (JPN) |
4
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Marcus Tulio TANAKA (JPN) |
5
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NENE (BRA) |
6
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Nobuhisa YAMADA (JPN) |
8
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Shinji ONO (JPN) |
9
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Yuichiro NAGAI (JPN) |
10
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Robson PONTE (BRA) |
11
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Tatsuya TANAKA (JPN) |
12
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Shunsuke TSUTSUMI (JPN) |
13
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Keita SUZUKI (JPN) |
14
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Tadaaki HIRAKAWA (JPN) |
16
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Takahito SOMA (JPN) |
17
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Makoto HASEBE (JPN) |
18
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Junki KOIKE (JPN) |
19
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Hideki UCHIDATE (JPN) |
20
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Satoshi HORINOUCHI (JPN) |
21
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WASHINGTON (BRA) |
22
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Yuki ABE (JPN) |
23
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Ryota TSUZUKI (JPN) |
28
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Nobuhiro KATO (JPN) |
30
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Masayuki OKANO (JPN) |
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